Tamara Landau
Dar a luz, dar vida. Diálogos y separaciones durante el embarazoIntroducción
El embarazo es un momento de gran trastorno que transforma para siempre la vida y el cuerpo de una mujer, una fuente de júbilo y profunda plenitud. Entonces es cuando se manifiesta el magnífico poder de creación de las mujeres, que no deja de ejercer una fuerte fascinación en todos.
Hoy día, en Francia y en el mundo entero, contamos con numerosos tipos de preparación al parto, tales como el yoga, la haptonomía, el canto, la sofrología, etc. Son muy útiles todos esos métodos, ayudan a los progenitores a acoger a su hijo, a acompañar de mejor manera su llegada al mundo. Lo que proponemos en este libro persigue el mismo objetivo, pero de manera complementaria. Abrigamos la ambición de enseñar a las futuras madres a escuchar a su bebé cuando todavía está en su vientre, a hablarle a todo lo largo del embarazo, y así a prepararle, a él, a su propio nacimiento, mucho antes del parto.
Cuando nace el bebé, ya tiene nueve meses de existencia. Es decir que, cuando ve la luz, ya tiene una historia construida merced a la fina relación que los progenitores, en particular la madre, han podido tejer con él ya desde la concepción. En las antiguas tradiciones orientales, en China por ejemplo, al nacer, el recién nacido ya tiene un año de edad. Por esta razón se celebra su primer aniversario al mismo tiempo que se entierra simbólicamente a ambos padres de antes del nacimiento. Esta leyenda recalca, de cierto modo, lo que vamos a desarrollar en este libro: durante el embarazo se teje un lazo muy fusional entre los padres y el feto. Los padres proyectan su amor, sus deseos, sus angustias, sus esperanzas y sus fantasías en el niño, incluso antes de concebirlo. Al nacer el niño, los padres deben deshacerse de estas proyecciones, angustias y fantasías, en cierto modo, enterrarlas, para comenzar a construir con el recién nacido nuevos lazos que inventar con él en relación con el feto percibido, imaginado y soñado durante el embarazo.
Esta idea del olvido al nacer también aparece en el Antiguo Testamento, retomada después en un comentario talmúdico muy conocido: el del ángel que viene a dar un golpecito en la boca del recién nacido, diciéndole “¡Chito!”, para que calle y olvide todo lo que ya sabe. Así queda reprimido todo lo vivido antes de nacer, ¡ya que, en cuanto embrión y luego feto, lo habría oído, leído y aprendido todo! De aquel gesto del ángel, queda como huella el pequeño surco entre la nariz y la boca, denominado en lenguaje médico philtrum, término que procede del griego antiguo philein y que significa “amar”, y evoca aquel brebaje mágico, el “filtro de amor” y de nostalgia para la mamá que mira por primera vez al recién nacido.
Estas leyendas subrayan la necesidad para los padres y el recién nacido de olvidar todo lo ocurrido durante el embarazo, de borrar el saber adquirido. Conservar reminiscencias de ello podría ser peligroso para los padres y sobre todo para el niño. Esta idea se anticipa al descubrimiento por Freud, del olvido en el nacimiento (es decir la represión originaria) de la experiencia vivida y las fantasías inconscientes que obran durante la vida fetal.
Para el ser humano, nacer y llegar a ser progenitor es un asunto complicado. La relación materna con el niño se va elaborando a lo largo del embarazo y consta de impulsos de amor pasional pero también de rechazos. En efecto, el sentimiento de plenitud y de comunicación fusional oculta angustias y fantasías inconscientes indecibles.
Intentaremos identificar estas angustias, las fantasías y los sueños que provocan, porque pensamos que cuando quedan inconscientes, pueden ser el origen de las dificultades del parto.
Las hipótesis planteadas fueron forjadas a partir de la experiencia clínica con las mujeres, en particular aquellas que están aquejadas de bulimia y anorexia. Sus comportamientos repetitivos, su compulsión a comer o ayunar me dieron a entender que sufrían de reminiscencias fetales, más exactamente, que luchaban contra angustias y traumatismos que habían experimentado antes de nacer. Mi trabajo con las mujeres embarazadas me permitió comprobar que a menudo pasan por momentos de crisis debidos a los cambios experimentados, que pueden ser el origen de problemas para la madre y para el niño. Por consiguiente, me pareció importante identificarlos para prevenir los accidentes del embarazo (aborto natural, parto prematuro, cesárea…) y diferentes trastornos del comportamiento y de la percepción de sí del niño después del nacimiento. Varias hipótesis formuladas aquí comienzan a ser comprobadas por investigaciones recientes en neurociencias, cuyas referencias están al final de este libro.
Con este libro intento, ante todo, obrar por la prevención, destinándolo a las futuras madres así como a los profesionales que las acompañan.
Tamara Landau